2 agosto, 2018
Todo líder tiene una función dual en cada organización. Por un lado, es el proveedor de una visión clara hacia el futuro, pero además es la persona que define la realidad de hoy. Este complejo balance entre el hoy y el mañana tiene que ser sazonado con una actitud retrospectiva de análisis para ser holísticamente completa. Solo conociendo el pasado y definiendo el presente podemos ser efectivos y verdaderamente innovadores para el futuro. Esto conlleva que el líder aprenda a hacer preguntas que verdaderamente le ayuden en esta ardua tarea. El Dr. Reginald Screen establece: “En la obscuridad, el que tiene la vela encendida es el que lidera”. Esa “vela encendida” en muchos momentos es el saber hacer preguntas adecuadas a aquellos que nos rodean en la organización.
Quisiera sugerirle un grupo de preguntas que debe realizar a los miembros de su equipo de trabajo. Estas son:
¿Por qué esta organización hace lo que hace?
¿Por qué eso es importante para las personas que servimos?
¿Por qué la existencia de esta organización es importante?
¿Cuáles son los beneficios a aquellos que servimos de nuestra existencia?
¿Existe algún beneficio emocional, espiritual, físico o financiero en usted o los que servimos de que estén nuestras puertas abiertas?
¿Cuáles son sus motivaciones en ser parte de esta organización?
¿En qué áreas cree usted que puede sobresalir?
¿Qué hace esta organización que usted quisiera modelar en su vida personal?
¿Cómo ser refleja la excelencia en esta organización?
¿Cómo se refleja la excelencia a través de usted?
¿Qué es lo más valioso que nunca debemos perder en esta organización?
Preguntas como estas le permitirán a usted como líder, no solo entender la percepción de aquellos que laboran con usted sino también la metodología de pensamiento que ellos utilizan. Algunas organizaciones solo pueden ser descritas como establece el libro de los Hechos 19:35: “Adentro era un griterío; algunos gritaban una cosa, y otros otra. Todo era confusión. De hecho, la mayoría ni siquiera sabía por qué estaba allí”. Cuando eso ocurre, no hay liderazgo sino anarquía. Para que una organización sea efectiva el liderazgo no solo debe instruir sino también oscultar dónde hemos estado, dónde estamos y hacia donde nos dirigimos…eso es tener la “vela encendida”.
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