31 julio, 2019
“Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos” Marcos 10:42-44.
En el Antiguo Testamento no hubo una vida más intensa que la del profeta Elías. Su liderazgo lo hizo estar en las conversaciones de cada hogar de la época. No fue así en la vida de Eliseo, quien siendo un campesino fue llamado por Dios para ser el sucesor de Elías. Por diez largos años el único trabajo de Eliseo era lavar las manos de su maestro (2 Reyes 3:11). Tal vez Eliseo tenía grandes expectativas de lo que ahora pasaría con su vida bajo el manto de Elías, pero lavar manos no era parte de ese plan. Decepción es el espacio entre las expectativas y la realidad. Si no tenemos una definición clara del Liderazgo Espiritual viviremos siempre observando lo que otros hacen y les ocurre, y preguntándonos porque no a nosotros.
El Liderazgo Espiritual es aquel llevado y dirigido por el Espíritu de Dios en nuestras vidas. Es el ejercicio de dar lo mejor porque hemos recibido lo mejor de Dios. Eliseo dio lo mejor de sí para poder recibir lo mejor de Dios. Hay tres ideas importantes en el Liderazgo Espiritual de Eliseo que nos ayudarán a desarrollar el nuestro. Estas son:
1. Si das lo mejor a Dios cuando nadie lo ve, Dios lo reconoce.
Viajando a través del continente observo como el liderazgo cristiano se ha vuelto en uno de protagonismo y basado en destrezas personales. Lo que definimos como Liderazgo Espiritual está en peligro de extinción. Es por esto que las palabras de Richard Foster en su libro La Celebración de la Disciplina son tan apropiadas cuando establece: “Nada disciplina más los desordenados deseos de la carne que el servicio, y nada transforma los deseos de a carne como el servicio en lo oculto. La carne gime en contra del servicio, pero grita en contra del servicio sin en lo oculto. Esa carne siempre reclama y espera honor y reconocimiento”. Eliseo espero no por lo que sus ojos veían sino por el llamamiento de Dios en su vida.
2. Si das lo mejor a Dios en las cosas pequeñas, Dios te dará cosas más grandes para hacer.
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” Mateo 25:21. Conocemos el pasaje, aunque no nos entusiasme tanto. Eliseo espero diez años para ser ungido por Elías y tomar su lugar. Las cosas pequeñas no son tan atractivas, pero desarrollan carácter, visión, fidelidad, integridad, consistencia y aprender a esperar, cualidades indispensables para poder manejar “lo mucho” en lo que Dios desea ponernos. Siempre me preocupan aquellos que desean posiciones, pero no están listos a pagar el precio de servir. Posiciones sin un espíritu de servicio es la fórmula perfecta para la destrucción y el enaltecimiento personal; ambos totalmente innecesarios en el Liderazgo Espiritual.
3. Si das lo mejor a Dios consistentemente, Dios te dará valentía para hacer todo lo que pida de ti.
Eliseo en el momento correcto, en las circunstancias correctas y bajo la pregunta correcta solicitó a Elías la doble porción de su espíritu (2 Reyes 2:9). El Líder Espiritual entiende que nada es posible sin una abundante y consistente presencia de Dios en nuestras vidas, en el último análisis este tipo de liderazgo es absolutamente espiritual. Dios le concedió su petición a Eliseo al tomar a Elías. No es coincidencia que la Biblia establezca 14 milagros del profeta Elías y 28 milagros del profeta Eliseo. Eso es precisamente lo que hace Dios entrena a un hombre por diez años para que en unos pocos realice lo que su predecesor hizo en toda su vida.
No todos están destinados a la grandeza, pero todos estamos destinados a depender totalmente en Dios para ejecutar el llamamiento y liderazgo que Él ha puesto en nuestras manos. Oswald Sanders establece, “La Biblia nos muestra que cuando Dios encuentra una persona que esta lista para liderar, comprometida con el discipulado, y toma la responsabilidad por otros, esa persona será utilizada en su máxima capacidad por Él”. El Liderazgo Espiritual es la capacidad de desarrollar una intimidad tan profunda con Dios que puedas ver las cosas como Él las ve. Cuando pues ver las cosas como Él las ve, las harás como Él las pide. “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Hebreos 12:11.
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