1 junio, 2018
En el mundo en que vivimos, liderar en momentos de crisis es más común de lo que deseamos. A pesar de que planificar es sumamente importante en medio de un momento difícil, el trabajo de un líder es recordar cuál es su rol y no confundir lo importante con lo inmediato. Hay cinco cosas que todo líder debe recordar al momento de liderar en momentos de crisis. Estas son:
1. Analice si usted es la causa de la crisis.
Uno de los desafíos más grandes en el liderazgo es la habilidad para definir quieres realmente somos. Los mismos comportamientos que hacen que seamos exitosos en un momento, pueden llevarnos a la ruina sino somos cuidadosos. El conocer como nuestras palabras, actitudes y decisiones afectan la organización y el equipo que Dios ha puesto en nuestras manos es esencial. En muchas ocasiones mientras buscamos la causa que crea la crisis no nos damos cuenta de que podria estar en el espejo frente a nosotros. Rodearnos de personas que hablen vida a nuestra vida es indispensable. Todo líder tiene puntos ciegos, tener a otros en nuestra vida que complementen esos puntos ciegos nos hará ver si hemos sido nosotros los causantes de la crisis en la que tenemos que liderar.
2. Ore antes, en medio y luego de la crisis.
Orar es el trabajo de todo creyente en el Señor Jesús. Orar nos permite hablar con Dios y aún más importante, escuchar Su voz. Nada es más necesario en medio de una crisis que escuchar la guía y el consejo de Dios en nuestras vidas. Si esperamos a estar en la crisis para buscar su rostro estaremos perdidos. Es la consistencia de una vida de oración la que nos llevará a puerto seguro aun en las circunstancias más tempestuosas. Muchos hemos escuchado el pasaje bíblico, “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17) pero muy pocos lo observan en el contexto de liderazgo. El Apóstol Pablo durante los versos anteriores (v. 12-16) nos habla de cómo liderar a otros. En esta posición de autoridad debemos reconocer a los que trabajan (v. 12), que tengamos en alta estima a los que laboran (v. 13), que amonestemos a los ociosos (v.14), que velemos por la retribución negativa (v. 15), que velemos por nuestra actitud (v.16) y para lograr todo esto como líderes tenemos que mantener una vida constante de oración (v.17).
3. Lidere desde el frente.
En momentos de crisis, el líder tiene que posicionarse al frente y liderar desde allí. Si el líder es indeciso o si no comprende las circunstancias, los seguidores tomarán su rol y liderarán posiblemente a un destino completamente distinto. Cada crisis es una oportunidad, el liderazgo se nutre de las crisis, cuando este momento llega no es tiempo para comenzar a prepararse, es tiempo de actuar. Nada produce más seguridad a una organización y un equipo que liderar desde al frente. Enrollarse las mangas y trabajar fuerte llevando la organización a un lugar donde puedan ver una nueva oportunidad que la crisis ha revelado para llevarlos al éxito.
4. Provea una dirección clara y un plan estructurado.
El líder debe saber, debe comunicar que sabe y debe liderar sabiendo hacia donde se dirige. Cada seguidor tiene que saber exactamente lo que tiene que hacer, el darlo a conocer es la responsabilidad del liderazgo. Sobre todo, el líder tiene que poder contestar la pregunta, “¿por qué?”. El saber el porqué de lo que hacemos hace que las hagamos con pasión y entrega en medio de la crisis. Un plan desarrollado paso a paso producirá la seguridad suficiente para comenzar y mantener el equipo agilizado en medio de la crisis. Ajustes pueden ser realizados, pero todos conocen el destino y sabrán como adaptar y mejorar el plan en la medida que conocen el problema y que el líder tiene un plan para solucionarlo.
5. Conéctese emocional y espiritualmente con su equipo.
La confianza no la provee un título sino el carácter del líder. Cuando la crisis llega es muy tarde para comenzar a ganar esa confianza. Conectarse emocional y espiritualmente hace que el equipo conozca sus retos y desafíos. Esto produce que los seguidores sepan que su líder los conoce y los entiende. En un ambiente de aceptación y búsqueda espiritual una crisis es una excelente oportunidad para solidificar los dones y talentos de las personas para una meta común.
Lo que cada seguidor desea saber en medio de un tiempo turbulento es ¿cuál es la dirección que debemos tomar? Nada contesta esa pregunta mejor que un líder que camina, llora, ora, ríe y crece con su equipo. Entonces la crisis es solo un nuevo escalón en el camino del éxito. “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
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