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Writer's pictureCarlos Vélez

Liderando en Medio de la Crisis

Updated: May 15, 2023

2 abril, 2020



Cada medicamento disponible es el resultado de un momento de crisis. Cómo vemos, aceptados y respondemos a la crisis es los que separa a los seguidores de los líderes. Nuestra perspectiva, al igual que nuestro carácter, es revelado, y no formado, durante los momentos difíciles de nuestra vida. Son esos mismos momentos las más grandes oportunidades para ejercitar el liderazgo. La victimización y la inercia de una persona durante momentos críticos es la señal más certera de su ausencia de liderazgo.

No solamente la crisis nos lleva a reaccionar y a actuar, pero nos lleva a realizar acciones y planes que no haríamos bajo circunstancias normales. Ya que las crisis son ecualizadores sociales, el líder tiene la oportunidad de ejercitar las ideas, lecciones y creatividad para influenciar en ese momento. En el corazón de un verdadero líder hay un entendimiento claro de varias cosas:

  1. En una crisis hay un nuevo balance entre riesgo y recompensa.

  2. En una crisis hay una necesidad profunda de enfocarse.

  3. En una crisis hay una inmensa posibilidad de identificar nuevos líderes.


Sobre la necesidad de una perspectiva clara en momentos de crisis, Albert Einstein señaló: “En medio de la crisis hay oportunidad”. La perspectiva de un liderazgo de altura no solo ve oportunidades donde otros ven problemas, pero la clave de este pensamiento está en la frase “en medio”. Es “en medio” de la tormenta y de la situación difícil que el líder con una perspectiva asertiva podría identificar las oportunidades. Al principio de la crisis es demasiado temprano para poder ver la extensión y ramificaciones. Por otro lado, al finalizar la crisis es demasiado tarde para pensar, accionar y liderar. Es “en medio” la clave para identificar y aprovechar las oportunidades. Tengo una excelente noticia para usted, ¡estamos “en medio” de la crisis ahora mismo!


Hay dos preguntas que la mayoría de las personas se hacen en momentos como este: 1) ¿Cuánto va a durar esta crisis? 2) ¿Cómo puedo crecer en esta crisis? Si usted se hace la segunda pregunta, usted es un líder. ¿Por qué la segunda pregunta? Porque un verdadero líder ha comprendido que sus resultados no provienen de su nivel educativo o de sus recursos financieros sino de su nivel de conciencia propia. El desear aumentar su nivel de conciencia es crecimiento y eso determina sus resultados.


El poder aprovechar la oportunidad que la crisis ofrece para crecer y hacer crecer a otros está directamente relacionado con los resultados que obtendrás una vez la crisis cese. Los líderes que solo piensan en el ahora no se dan cuenta que cuando solucionamos retos sin pensar en crecimiento y conciencia propia, las soluciones de lo inmediato son los problemas inevitables del futuro.


Por ejemplo, algo que he notado en estas últimas semanas es que muchas organizaciones religiosas que nunca han aprovechado la tecnología y redes sociales ahora la utilizan regularmente. Eso pareciera ser una solución creativa a los retos de aglomeramiento de personas que están prohibidos en muchos lugares a causa de la crisis. El verdadero reto reside en que como la rápida apertura a esa tecnología es producida por la crisis, el liderazgo no ha tenido tiempo de desarrollar cultura y parámetros para su utilización. Ahora bien, una vez esta crisis se termine, ¿cómo convencemos a las personas a las cuales les hemos ofrecido esa conveniente alternativa sin parámetros o cultura a que regresen a la forma anterior de hacer las cosas? En el mundo empresarial, ¿cómo convencemos a los empleados de que esa reunión en persona es importante cuando las hemos realizado virtualmente por semanas o las hemos resuelto con un correo electrónico?


Luego que la crisis pase, vendrá otra crisis cuando descubramos que nuestras soluciones rápidas se convertirán en problemas a largo plazo. Estar “en medio” de la crisis nos obliga a una implementación relativamente rápida, pero esto no nos cohíbe de que sea una bien pensada en su implementación y medición de consecuencias. Los cambios nunca deben establecerse a costa de la ausencia de pensamiento y reflexión.


Para estimular ese pensamiento y reflexión quisiera compartirle tres preguntas que creo son importantes para hacernos y para liderar “en medio” de la crisis:


  • ¿Cómo esta crisis me está haciendo un mejor líder?

Ser un mejor líder no es un acto natural. El crecimiento de una persona está directamente relacionado a su capacidad de conocer quien verdaderamente es y sus motivaciones. Es en este tiempo que su carácter es revelado y no moldeado.


  • ¿Cómo esta crisis me está permitiendo añadirle valor a los demás?

Añadirles valor a otros es la manera mas efectiva de cambiar una crisis en una oportunidad. Cuando ponemos a otros primero estamos manejando el hoy y el mañana. Un verdadero líder entiende que el liderazgo nos obliga a rendir nuestro derecho de ponernos en primer lugar. Uno de los trabajos de cualquier líder es ayudar a las personas a sobrepasar y salir mejores de una crisis.


  • ¿Qué medidas estoy tomando para mejorar la situación en la que estamos?

Cuando las situaciones son mejoradas parcialmente, no son realmente mejoradas. Las crisis no van a cambiar de intensidad ni de regularidad, somos nosotros lo que tenemos un llamado a ser más sabios, fuertes y resistentes a ellas. Nuestras organizaciones crecen si nosotros crecemos.


Uno de mis mentores, Mike Breen, escribió: “mover a las personas de la incompetencia a la competencia no es solo liderarlos, no es solo discipularlos, es amarlos. Solo cuando descubrimos y trabajamos en nuestra incompetencia estamos facultados para ayudar a otros. Nuestra intimidad con Dios tiene que ser una disciplina y no una reacción a las emergencias de la vida. Estar con Dios nos mostrará quien es Él, nos mostrará quienes somos nosotros y como liderar a otros”. La prudencia, la sabiduría, el valor y la conciencia no pueden ser experiencias exclusivas de algunos momentos de nuestra vida. Deben ser parte de lo que somos como líderes. Liderazgo más que una responsabilidad es un llamamiento de Dios, para servir a otros y añadirle valor y para nuestro crecimiento. Aquel que nos llamó nos dice: “porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo EN MEDIO de ellos”. (Mateo 18:20)

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