1 septiembre, 2019
Una de las cualidades que deben ser constantemente desarrollada en los líderes es la de ser buenos comunicadores. La habilidad de poder transmitir un mensaje en el “idioma” del que lo recibe no es una tarea sencilla de lograr. Tristemente, veo una y otra vez que, en vez de tratar de comunicar, muchos líderes se convierten en comentaristas. Un comentarista es alguien que ofrece su opinión sobre un tema en particular, pero no ocurre transformación de vidas. Los verdaderos líderes no crean seguidores, crean más líderes. El desarrollo del liderazgo está directamente ligado a la capacidad de poder comunicar y no simplemente de comentar.
Existen cinco diferencias básicas entre un comentarista y un comunicador que quisiera compartirte:
1. Un comentarista está orientado a sí mismo y un comunicador está orientado a la audiencia.
Un comentarista está concentrado en lucir bien, que sus presentaciones estén de manera llamativa, que su ropa esté combinada y su apariencia impecable. Todo es acerca de ellos mismos. Un comunicador está orientado a la audiencia, cuán cerca o lejos está de ellos, si pueden escucharle bien, si las sillas son cómodas para la cantidad de tiempo que le escucharán, si puede verlos a los ojos. Un verdadero comunicador siempre se enfoca en su audiencia.
Cada vez que viajo a compartir me hacen la misma pregunta: ¿cómo quiere ser presentado? Esto es lo que sé. Si soy un buen comunicador, no necesitaré una gran presentación, y si soy un mal comunicador, la gran presentación no me ayudará. Por eso, es mejor enfocarse en los demás y no en uno mismo.
2. Un comentarista está orientado al tema y un comunicador está orientado al ambiente.
Cuando comencé como orador, recuerdo a profesores y amistades que, una y otra vez, me sugerían que en cada oportunidad para hablar debía demostrar cuánto había aprendido. Eso me volvió totalmente inefectivo y distante de la audiencia. En el momento que tuve un interés genuino por el bienestar del oyente y me hice preguntas para ponerme en su posición, mi estilo de comunicación cambió. ¿Por qué alguien debe escuchar a otra persona que no se interesa en añadirle valor a su vida? Estar orientado al ambiente es garantizar que, bajo las circunstancias en las que te comunicarás, las barreras y obstáculos para esa comunicación serán removidas.
C.S. Lewis decía: “No utilices palabras muy grandes cuando hables. Habla lo más claro posible que puedas. Si utilizas todas tus palabras en el discurso, no tendrás otras para responder a las preguntas que te harán luego del discurso cuando descubras que nadie te entendió”.
3. Un comentarista habla de lo que tiene en la cabeza, pero un comunicador habla de lo que tiene en el corazón.
No estoy en contra de ser competente en la información que se comunica. Tampoco creo que no debe ofrecer ningún estímulo intelectual, todo lo contrario. Pero, es sumamente difícil para una persona que pretende comunicarse con otra, que no se desarrolle primero una conexión a nivel emocional o de experiencias. Nosotros nos ganamos el derecho a pararnos en una plataforma para comunicarnos debido a nuestras fortalezas, sin embargo, son nuestras debilidades las que hacen que nos podamos conectar con los oyentes. Son mis errores, mis luchas, mis conflictos, y cómo hemos trabajado y vencido, o no, con ellos lo que nos conectan y hace que la información fluya de nuestra voz a sus mentes y corazones.
El cineasta norteamericano John Ford, hablando a sus actores en la grabación de la película “Stagecoach”, dijo: “Puedes hablar bien si tu boca puede entregar el mensaje de tu corazón”.
4. Un comentarista ama hablarle a la gente, pero un comunicador ama a la gente que le habla.
“Jamás venceremos obstáculos haciéndolos más pequeños, sino haciéndonos más grandes”, dijo el Dr. John C. Maxwell. Nada nos hace más grandes como comunicadores que amar a aquellos que nos dan el privilegio de comunicarnos con ellos. No es hasta que demostramos que amamos a los que pretendemos que nos escuchen, y sepan de nuestro deseo de añadirle valor, que la verdadera comunicación ocurre. Tenemos el mundo lleno de personas que tienen una opinión para todo, especialmente sobre lo que no saben. Pero, solo cuando demostramos verdadero amor, interés y una búsqueda genuina de agregar valor a otros, es que lograremos hacer una diferencia y comunicarnos. Un comentarista desea ser escuchado, un comunicador escucha a través de sus palabras.
5. Un comentarista está orientado a la información, pero un comunicador está orientado a la acción.
Transmitir información nunca será suficiente si no hay un paso que dar, una decisión que tomar y un paradigma que cambiar. El simple hecho de compartir información hace de cualquier orador un absurdo, ya que en esta era digital, la información puede ser adquirida en múltiples fuentes. Lo que sigue haciendo a la presentación oral una fascinante es la capacidad de entender, explicar y retar al oyente. Un comentarista se siente realizado cuando puede exponer lo que sabe. Por su parte, un comunicador se siente realizado cuando los cambios que ha tenido que hacer en su vida, son el modelo para que ocurran cambios en otros. Es por esto que Benjamín Franklin declaró: “Es mejor bien hecho a bien dicho”.
Jesús era un gran comunicador. Él tenía una habilidad especial para conectarse con la gente y ganar su atención. Uno de los aspectos relevantes de Jesús como comunicador, era su capacidad para establecer puentes de conexión con su audiencia. Esto lo hacía creando un contexto común entre él y su receptor. Este aspecto es fundamental en un comunicador que quiera lograr efectividad. Para muchos, Sus mejores discursos fueron las Bienaventuranzas, para otros, las Parábolas. Para mí: ¡LA CRUZ!
Un comentarista o un comunicador… ¿Cuál eres tú?
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