7 diciembre, 2021
A la medida que nos acercamos a un año nuevo muchas organizaciones utilizan esta temporada para desarrollar una nueva visión. Un nuevo tiempo regularmente es relacionado a una nueva dirección que busca mayor productividad, efectividad y rendimiento. Tristemente la falta de entendimiento del liderazgo y lo que involucra una visión hace que sea una temporada de nuevas ideas, pero ningún resultado. Cuando los lideres de las organizaciones entienden la mecánica de cómo opera el liderazgo y su impacto en la impartición de una visión los resultados son drásticamente diferente. Todo sube o baja de acuerdo con el liderazgo.
Los verdaderos lideres son capaces de observar lo que ocurre a través, afuera y más allá de la organización. Cada uno de ellos tienen el talento de ver y crear el futuro. Utilizan un lenguaje altamente visual para pintar la imagen de como el futuro debe lucir bajo su liderazgo. Como resultado, obtienen metas más grandes ya que desarrollan una mente colectiva que propela a las personas a hacer su parte en el cumplimento de la visión.
Siempre he dicho que la primera responsabilidad de un líder es definir la realidad. Lo que hace a la visión entendible y digerible es la capacidad del líder en definir la posición en que se encuentra la organización, eso hará entender más fácilmente porque necesitamos alcanzar una visión hacia el futuro. Definir la realidad es indispensable para el líder ya que si las personas notan que puede definir correctamente el dónde estamos y se sentirán mas seguros para el futuro. Es la falta de realidad de hoy lo que traerá la falta de credibilidad para el mañana.
Un comunicador puede expresar la visión, pero hace falta un verdadero líder para convencer sobre la visión. En esta presentación de la visión a otros se requieren tres ingredientes indispensables para que sea creíble, sustentable y respaldada por otros. Estos ingredientes son:
La Situación Actual – Es sumamente importante que el liderazgo de cada organización haga una declaración de realidad antes de hacer una declaración de visión. De la misma manera que un aparato de “GPS” puede ofrecernos el curso a tomar para llegar a nuestro destino, su capacidad está condicionada a que el sistema pueda ubicar en donde nos localizamos. No solo podremos saber donde nos encontramos, pero también en la mayoría de los casos descubriremos que las situaciones no son como las imaginamos. Los retos podrían ser mayores o menores de lo que pensamos. La realidad es sumamente importante para establecer la visión.
El Proceso – La visión debe ser comunicada con un alto sentido de claridad y procesos que nos llevaran desde donde estamos hacia donde debemos llegar. Si el proceso no está claro, las personas tampoco lo estarán. Etapas, distribución de responsabilidades, estructura, medición y evaluaciones son solo partes de este proceso. Suena como arduo trabajo, porque lo es. Si estas cosas no están en su lugar el equipo será totalmente inefectivo creando de la visión una pesadilla.
El Precio – El precio de una visión siempre es más alto de lo que imaginas. Nada bueno en la vida está en precio de remate. Especificar los sacrificios, las obligaciones, el tiempo y la inversión requerida es parte de unificar a un equipo que debe comenzar y culminar el proceso de alcanzar una visión. Muchos de los equipos que conozco que realizan una tarea mediocre en su intento de alcanzar una visión lo deben a un pobre entendimiento del precio que deben pagar y se encuentran en la encrucijada de trabajar fuerte mas manejar un proceso decisional sobre si pueden o no pagar ese precio. Costará más de lo que piensa, tardará más de lo que piensa, sacrificará más de lo que piensa, pero si lo hace, su victoria será más grande de lo que piensa.
En esa comunicación de la visión a la organización hay dos componentes adicionales que determinaran si será un éxito o no. Qué se dice y quién lo dice. Es tan importante la claridad del mensaje como la credibilidad del mensajero. Si el mensaje es opaco e incompleto la visión no volara a los corazones y mentes de los oyentes. Pero mucho peor, si el mensajero es el incorrecto y su vida no es una imagen de lo que un verdadero líder debe ser, entonces ni siquiera llegará a sus oídos. Procure comunicar con verdad, basado en la realidad, con una imagen clara de hacia donde se dirige y cómo se puede alcanzar; pero mucho mas procure que su vida sea un ejemplo vivo de ese precio que hay que pagar, esa diligencia necesaria para lograrlo y ese esfuerzo requerido para verla hecha una realidad. El carácter del líder es lo que le dará a la visión la oportunidad de que sea vista por otros.
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