1 julio, 2020
Una gran visión requiere un gran equipo. Uno es un número muy pequeño para alcanzar la grandeza. Ciertamente necesitamos de otros a nuestro lado ya que la propensidad de alcanzar cosas mayores a las que hemos planificado esta directamente relacionada con el tipo de persona con las que nos rodeamos. Mientras comenzamos a reincorporarnos a nuestra “nueva realidad” algunas cosas han cambiado. Entre ellas la idea de que los empleados harán una labor extraordinaria siendo tratados ordinariamente. Es aquí donde la empatía entra en juego. No solo hablamos de no discriminar por razones de raza, sexo, color, credo o cultura, pero el realizar la profunda necesidad de cada ser humano de ser valorado, no solo por sus contribuciones, sino por el simple hecho de ser eso, un ser humano.
Cada persona que le rodea es como un elevador, tiene la capacidad de elevarle o descenderle de nivel. Usted como líder no es la excepción, la manera en que nos relacionamos con los demás determina si elevamos el equipo o si lo reducimos. La empatía causa ese efecto. Usted podría extraer lo mejor de los demás; pero la ausencia de un carácter empático extrae lo peor de los que están alrededor suyo. Nada frustra más a una persona que sentirse incomprendida y mucho más que no hay ningún interés de entendimiento y aceptación. Las personas creen en los líderes antes de colaborar con ellos. La credibilidad es causada por el nivel de integridad, entendimiento y empatía del líder. Personas en posiciones de liderazgo tendrán una frustración consistente si no tienen el capital relacional que la empatía les puede ofrecer.
De acuerdo el diccionario, la empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. El Dr. John C. Maxwell establece: “La gente puede escuchar tus palabras, pero sienten tu actitud”. Es esa actitud la que construye o destruye a aquellos que por obligación o deseo propio puedes influenciar. La manera en que nos relacionamos nosotros no solo determina las metas y objetivos establecidos, pero habla del tipo de persona que eres, es un testimonio vivo de tu carácter y tu valor como individuo. Nosotros los empresarios ponemos en riesgo todo nuestro funcionamiento y desarrollo cuando obviamos la empatía en nuestro liderazgo.
Claudia Calderón, fundadora de The Brave Living (Viviendo Valientemente) establece algunos de los beneficios de la empatía en la empresa. Algunos de estos son:
1. Tomar el tiempo y la actitud óptimas para entender las necesidades de los colaboradores o compañeros. Así podrás proporcionarles el apoyo que necesitan para seguir adelante, para hacer frente a los retos o para solucionar dificultades.
2. Tener la actitud adecuada a la hora de llegar a acuerdos, para resolver conflictos. Escuchar, entender a todas las partes y tener en cuenta el punto de vista de todos los implicados hace mucho más fácil llegar a un acuerdo común, en vez de dar una orden de forma unilateral.
3. Entender y proporcionar a los compañeros y colaboradores lo que necesitan para avanzar. Esto crea un sentido de confianza y fortalece las relaciones dando lugar a una mayor colaboración y mejora de la productividad.
4. Sentirnos comprendidos, escuchados y respetados por nuestra forma de pensar ayuda a ser más abiertos a la hora de expresar nuestras emociones. Así podremos relacionarnos de forma más sincera y sentirnos valorados por lo que somos sin miedo a ser juzgados.
5. Siendo empáticos contagiaremos a los demás a serlo, creando un ambiente de conexión que hará el entorno de trabajo mucho más agradable y enriquecedor. El liderazgo es visual y no auditivo, es lo que los demás ven y no lo que escuchan lo que hace la diferencia en sus vidas.
Algunas claves para ser más empáticos en nuestras empresas son:
Practica el escuchar, no para responder sino con la intención de entender al otro.
Parte de la base de que tu forma de ver las cosas es única, es decir, cada uno tiene su propio punto de vista y todos son válidos y respetables.
Entrena la capacidad de entender tus propias emociones. Así te será cada vez más fácil entender las de los demás.
Evita el impulso de aconsejar si no te lo piden expresamente.
Enfócate en comprender al otro en vez de juzgarlo.
-Los prejuicios y preconcepciones de cómo las personas se comportan de acuerdo con su apariencia son evidencia de una profunda ignorancia, edúcate, invierte tiempo en crecer y ejercita el trato digno a los demás.
Ejercitar la empatía no solo logrará que los demás sean más productivos y apreciados, pero evidenciará su carácter y el tipo de liderazgo que usted desea multiplicar en su empresa. Recuerde, usted no ve las cosas como son, las ve como usted es. Si desea verlas de una manera más madura, madure; si las desea ver de una manera más balanceada, balancéese; si las desea ver de una manera enriquecedora, crezca. Son sabias las recomendaciones bíblicas cuando establecen “En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes” (1 Pedro 3:8 NVI). Ser un líder empático lo hará más productivo y simpático.
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